domingo, 22 de noviembre de 2009

Infierno o Purgatorio, por Débora Quiring (Revista Freeway)

"¿Cómo se verían los muertos si de repente se levantaran de sus tumbas? Una danza macabra. Los ángeles de la guarda huyeron para no volver quizás jamás. triste destino. El mundo queda huérfano. Hoy y siempre, es dos de noviembre."
.
Desprovistos del socorro divino presenciamos en Fuga de ángeles un singular viaje escénico que tiene más de realismo mágico y de absurdo que de trama religiosa. El número tres aparece de forma recurrente, como elemento constante en violaciones, sexo, violencia, y "arranques" escatológicos varios. Pero no en el sentido de Obscena, obra dirigida por Ganriel Calderón con textos de Santiago Sanguinetti y otros jóvenes dramaturgos, sino en un sentido más irreal y alucinatorio, aunque por momentos incomode: un personaje come un corazón crudo, un recluso es violado en escena por su compañero de celda, entre otras escenas.
.
En Fuga de ángeles hay diez personajes y cinco historias paralelas. Todo transcurre sin escenografía más que la sala donde se realiza la obra -Vieja Farmacia Solís- lo que facilita una contraescena casi continua, ya sea bailando, gesticulando o simplemente observando lo que ocurre en el centro del escenario, y nunca apartándose totalmente de escena.
.
Con la asesorçia de Martín Inthamoussú en la parte coreográfica, asistimos a una puesta de teatro que linda con la comedia musical y no queda nada mal. Tal vez lo que mejor se logra es el manejo del espacio escénico, tanto de columnas y ventanas como escaleras y rncones. El lugar donde estamos acostumbrados a ver un bar, como sucede en otras obras estrenadas en Vieja Farmacia Solís, en la obra de Sanguinetti se transforma en un hotel donde se cruzan historias destinadas al fracaso de la comunicación. No se entienden o simulan que sí lo hacen, voviendo sus relaciones cada vez más siniestras.
.
Es un proyecto teatral joven que cuanta con actuaciones parejas, aunque sorprende la interpretación de Germán Weinberg y la fuerza que poco a poco adquiere Analía Torres. Dirigida por el propio autor junto a Luciana Lagisquet, se convierte en un espectáculo instintivo y decadente.
.
Fuente: Revista Freeway, noviembre 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario