sábado, 22 de agosto de 2009

"Una bofetada al gusto del público", Vladimir Maiakovski (1912)

A quienes lean nuestra Nueva Primera Inesperada.Solamente nosotros somos la imagen de nuestro Tiempo. El corno del tiempo resuena en nuestro arte verbal. El pasado es estrecho. La Academia y Pushkin menos comprensibles que jeroglíficos.Puskin, Dostoievski, Tolstoi, etcétera, etcétera, deben ser tirados por la borda del vapor del Tiempo Presente.
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Quien no olvida su primer amor no vivirá el último.
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¿Quién será tan crédulo para entregarle su ultimo amor a la perfumada lujuria de Balmont.? ¿Acaso encontrará allí un reflejo del valeroso animo del día de hoy?¿Quién será tan cobarde que no se atreverá a arrancar la coraza de papel del negro frac del guerrero Briùsov? ¿Encontrá allí acaso la aurora de una belleza desconocida?Lavaos la mano que han tocado la porquería de los libros escritos por intocables Leónidas Andreyevs.Todos esos Máximos Gorkis, Kuprins, Blocks, Sologubs, Remizov, Averchenckos, Chornys, Kuzmins, Bunins, etcétera, etcétera;sólo necesitan quintas a la orilla de un río. Así recompensas el destino a los sastres.¡ De la altura de los rascacielos miramos su pequeñez !...Exigimos que se respeten los siguientes derechos de los poetas:
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1. Ampliar el volumen de su vocabulario con palabras arbitrarias y derivadas.
2. Rechazar el odio invencible al idioma que existía antes de ellos.
3. Arrancar con horror de sus orgullosas frentes la corona de gloría de a centavo tejida de varas de abedul propias de los baños.
4. Tenerse de pie en la roca de la palabra “nosotros” en medio del mar de silbidos y ultrajes.
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Y si bien por ahora persisten en nuestro verso las sucias huellas de su sentido “común” y “buen gusto”, ya también, por primera vez, brilla en ellos el Relámpago de la Nueva Belleza Futura de la Palabra Autosuficiente.

D. Burliuk, Alexander Kruchenyj, V. Maiakovsky, Víctor Jlébnikov.
Moscú, diciembre de 1912.

martes, 18 de agosto de 2009

A morir

Algunos opinan que, como los hombres no podemos parir, escribimos. Las mujeres -en eso también nos llevan la ventaja- pueden hacer las dos cosas. Hoy nos ataca una especie de síndrome pre parto, con dolores agudos. Como si empezaran las dilataciones a tres semanas del nacimiento -sí, sé que es imposible y humanamente aterrador, imagínense: 20 días de dilataciones, tres semanas de trabajo de parto, me duele de pensarlo... Y, sin embargo, elegimos hacerlo. Porque no podemos contra eso. Escribimos. Y actuamos. Y dirigimos. Y hablamos de teatro. Y hasta lo enseñamos. Meterle al teatro las horas que la vida te va dejando libres. Dos menos cuarto de la mañana y escribir en un blog sobre una obra que te va a dar pérdida. No hay vuelta, nos gusta sufrir... O al revés, y por eso hacemos teatro. Una cierta libertad. Un llegar a casa muerto de hambre y frío, pero con el estómago lleno de teatro, de vínculos humanos, de cuerpos contra cuerpos. Un "mañana madrugo", pero sueño con angelitos. Con una dolor imposible en la espalda, sin saber ya lo que es hueso y lo que es contractura. Con los ojos cansados de ver tanto bicho humano. Con la lengua gastada de hablar tanto, de hacer malabarismos con la gramática para decir exactamente lo contrario en una misma frase: "por ahí no, pero vas bien" o "eso mismo, pero probémoslo por acá". El teatro es presencia viva en un mundo de pantallas planas. Es el temor real a la muerte. Todo pasa ahora. Y todo puede dejar de pasar al cerrar los ojos. El equilibrista de circo que cae y muere, eso era el teatro para Tabori -para el Coco que siempre lo recuerda... El temor a la muerte. No nos cansamos de repetirlo, hacer teatro es un acto de rebeldía. Nos encanta creerlo. ¿El teatro es importante? No, y eso hace que sea esencial. Es un juego. Pero un juego a morir. Como el picadito: a morir a diez. Y todo sin saber cuál será el resultado. Si habrá un final. Y si será bueno. A tres semanas del estreno, la primera pasada. Hay algo. No sé bien qué. Pero hoy duermo tranquilo.
Santiago.-

domingo, 16 de agosto de 2009

La intertextualidad

La intertextualidad es la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos (orales o escritos), ya sean contemporáneos o históricos; el conjunto de textos con los que se vincula explícita o implícitamente un texto constituye un tipo especial de contexto, que influye tanto en la producción como en la comprensión del discurso.
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Los orígenes del concepto de intertextualidad deben buscarse en la obra del filólogo ruso M. Bajtín (foto), quien durante el segundo tercio del siglo XX publicó una serie de trabajos sobre teoría de la literatura que en la Europa occidental no fueron conocidos hasta años después de su aparición. En ellos reflexiona sobre el carácter dialógico que tiene todo discurso; según defiende, todo emisor ha sido antes receptor de otros muchos textos, que tiene en su memoria en el momento de producir su texto, de modo que este último se basa en otros textos anteriores. Con ellos, establece un diálogo, por lo que en un discurso no se deja oír únicamente la voz del emisor, sino que convive una pluralidad de voces superpuestas que entablan un diálogo entre sí, de tal forma que los enunciados dependen unos de otros. Como ejemplos de esta dependencia mutua entre enunciados trae a colación fenómenos como la cita, el diálogo interior, la parodia o la ironía, que suponen que en el discurso aparezca una voz distinta de la del emisor. Esta teoría del discurso dialógico fue objeto de reflexión por parte de un círculo de pensadores franceses a principios de los años 70, que difundieron el concepto fuera de las fronteras de la Unión Soviética; entre ellos se cuenta J. Kristeva, una estudiosa búlgara afincada en París, que fue quien acuñó el término de intertextualidad en el año 1969.
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Desde que se difundió, el concepto ha tenido una gran influencia en los estudios tanto de teoría de la literatura como de análisis del discurso, pues permite comprender el modo en que los textos influyen unos en otros. En este sentido, debe remarcarse que la intertextualidad no tiene que ver únicamente con la cita más o menos explícita o encubierta de un texto dentro de otro, pues la relación intertextual informa el texto en su conjunto. En efecto, todo texto se produce en el seno de una cultura que cuenta con una larga tradición de textos, que poseen unas características determinadas en cuanto a su estructura, su temática, su estilo, su registro, etc. Este conocimiento textual compartido forma parte del acervo común de la comunidad lingüística, y por ello se activa cuando un emisor produce un texto, así como también cuando su receptor lo interpreta. Por ejemplo, ante la fórmula [Érase una vez], cualquier hispanohablante identifica que el género discursivo, al que pertenece al texto que va a oír es el cuento infantil, y el conjunto de cuentos infantiles que conoce funciona a modo de contexto que le proporciona información sobre las características que tendrá este nuevo cuento. Del mismo modo, todos los hablantes de nuestra cultura tienen expectativas sobre cómo será el discurso del presentador de un noticiario, la retransmisión radiofónica de un partido de fútbol, una carta comercial o el discurso de un profesor en el aula.
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Desde el punto de vista del aprendizaje de segundas lenguas, el factor más importante que debe tenerse en cuenta es que la intertextualidad puede incidir en la comprensión de un texto, bien constituyendo un obstáculo, bien un apoyo. Por un lado, el conocimiento intertextual es en gran medida cultural, puesto que forma parte del conocimiento del mundo compartido por una comunidad lingüística; por ello, es posible que no sea compartido en su totalidad por miembros de otras comunidades lingüísticas en las cuales las referencias intertexuales varíen, por lo que las referencias a textos propios de la cultura de la segunda lengua no sean comprendidas por los aprendientes. Por otro, la tradición literaria tiene muchos temas, ideas y estructuras compartidas por todas las culturas, de modo que cuando éstos se reflejan en un texto concreto producido en otra lengua pueden servir de ayuda para su comprensión y compensar la falta de conocimientos lingüísticos del receptor.
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sábado, 15 de agosto de 2009

Una mirada ecléctica





Una mujer, Susana Souto.

"Y cuando llueva vamos a dejar que se mojen. Y después los vamos a secar. Y cuando se detengan los relojes, vamos a hacer tic tac para ellos. Y los vamos a despertar en hora. Y los vamos a acostar en hora. Y vamos a aparecer en sus sueños. Y vamos a hacer que caminen dormidos. Y que hablen dormidos. Y que sueñen despiertos. Y cuando estemos muertos, vamos a vivir en su memoria como voces sin forma y sin sonido."

Fuga de Ángeles, Mujer.

Un deportista misógino, Luis Musetti.

"A veces quisiera poder beber mi propia sangre. Sangre de tus propias venas. ¿Hay algo más perfecto? Es que a veces me siento una máquina perfecta. Un avión, un tren, un toro, un camión. Un camión con zorra. Un muro. Una pared. Una lápida. No, la piedra es lenta. Yo soy rápido. Siempre lo fui. Siempre. ¿Alguna vez te conté que nadaba? Nadaba muy rápido. Siempre ganaba. Era más chico que los demás pero igual ganaba. Siempre ganaba. Antes de crecer. Antes del accidente."
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Fuga de Ángeles, Abandonado 5 o Narciso.

Un hombre huérfano, Germán Weinberg

"A veces siento campanitas en mi cabeza. Fue después del golpe. Empecé a sentirlas después, después del golpe. Las campanitas las toca mi mamá. Mi mamá me enseñó a comer fruta. La fruta es buena. Eso me decía mi mamá. Me gusta la fruta. Me gusta comer. De todo. No sólo fruta. Mi mamá me enseñó a comer carne. La carne me gusta. Un churrasco tiene la misma cantidad de hierro que una volqueta de espinacas. Aunque yo a veces pienso que nadie se comería una volqueta llena de espinacas. Son demasiadas espinacas para una sola persona. Una volqueta. Tampoco creo que nadie ponga tantas espinacas en una volqueta. Sobre todo si nadie se las va a comer. En la feria venden espinacas. Yo iba a la feria. No iba solo. Pero me gustaba ir. Hace tiempo que no voy a la feria. En la feria venden fruta. Venden fruta y a veces carne. Carne y pescado. El pescado que venden está muerto. Y no se puede comer así. Hay que ponerle sal y lechuga. Y otras cosas que mi mamá sabe hacer. El pescado vive en el agua. Yo nunca vi un pescado en una volqueta. Nadie pondría un pescado en una volqueta. Sobre todo si no se lo va a comer."

Fuga de Ángeles, Abandonado 4 o Hipnos.

Un policía desquiciado, Bruno Pereyra.

"Los nenúfares. ¿Sabés lo que son los nenúfares, infeliz? Son unas plantas enormes que flotan en el agua. En pantanos y estanques. Dan flores grandes, bien grandes, de diez a treinta centímetros de diámetro, de color blanco, muy olorosas, largamente pedunculadas. ¿Alguna vez estuviste en un pantano, infeliz? ¿Y en un estanque? ¡Un desorden! Todo dado vuelta. Todo del revés. Como revuelto por la mano de un loco. De muchos locos. Pero locos de verdad. Locos. Locos como... como Hamlet. ¿Sabés quién es Hamlet, no? El novio de Ofelia. ¿Sabés quién es Ofelia, no? La novia de Hamlet. La que se ahogó en un estanque. ¿Y qué había en ese estanque? ¡Nenúfares, infeliz! ¡Nenúfares! Hay un cuadro de Ofelia que es hermoso. Tan hermoso que lo mirás y te cagás. Tengas water o no, gracioso. Te cagás. Hermandad Prerrafaelista. Así se llamaba la escuela del pintor. Hermandad Prerrafaelista. Pero realmente lo mirás y te cagás. Millais. Así se llamaba el pintor. Millais."

Fuga de Ángeles, Abandonado 3 o Tánatos.

Un preso, Rodrigo Peluffo.

"A que no tenés un water para vos solo. Seguro compartís el water con una gorda desagradable que se despierta en tu cama todas las mañanas oliendo a cadáver. Una gorda a la que seguro presentás como tu mujer. Una gorda de la que seguro decís estar enamorado. Enamorado porque hace muchos, muchos años que están juntos y comparten cosas. Cosas como la tapa de un water cagado. De un tiempo a esta parte eso es lo único que comparten: cagan en un mismo water y nada más. ¡Son compañeros de culo y el infeliz soy yo!"

Fuga de Ángeles, preso.

Un padre primerizo, Manuel Caraballo

"Siempre me gustó el olor a humedad. Siempre. Más que la fruta. Pero más que el olor a humedad me gustan los niños. Siempre quise tener hijos. Mi señora espera trillizos. Estamos embarazados. Tres hijos son muchos hijos, ¿no? Y en casa no hay muchos cuartos. Y todos tienen humedad. Como cuando era niño. Cuando era niño dormía en un cuarto con manchas de humedad. En esas manchas había panaderos y mecánicos, escritores y políticos. Y había muchos niños. Bandadas de trillizos. A veces caía agua por las paredes. Algunos sabían nadar y se salvaban. Otros no."
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Fuga de Ángeles, Abandonado 2 o Eros.

Una prostituta, Analía Torres.

"Lo que yo querría ahora es lastimar a alguien. Una vez conocí a alguien a quien le gustaba mucho lastimar a otras personas. A decir verdad, conocí a muchos de esos, pero a uno no me lo puedo sacar de la memoria. Era deportista pero no hacía deporte. (...) No, pero éste era diferente. (...) No. Era diferente de verdad. Tuvo un accidente. Un accidente muy feo. Digamos que no habría podido tener hijos aunque hubiera querido. (Ríe.) ¡Le habían cortado los testículos! ¿Te gustaría conocerlo?"

Fuga de Ángeles, Prostituta.

viernes, 14 de agosto de 2009

Una esposa, Valeria Fontán.

"Mamá, no es fácil acordarse de vos. No es fácil. Acordarse. Sobre todo porque estás muerta. Estás muerta, mamá. Me convencieron. Finalmente me convencieron. Tuve que darles la razón, mamá. No puede ser que yo sea la única que te escuche. Aunque les diga que hay que esforzarse para escucharte, no me creen. No entienden que uno adentro de una urna suena bajito. Y aunque suenes fuerte no te escuchan. Ni siquiera cuando hacés fiestas. Hace años que no me invitás. A tus fiestas. Si me invitás, invitame fuerte. Porque a veces no te escucho, mamá. Mamá. Mamita."

Fuga de Ángeles, Esposa.

Un portero de hotel, Mauricio Chiessa

"No tengo espejos en casa. O si los hay, no me miro en ellos. Dejé de mirarme en el espejo hace muchos años. (...) Los huéspedes no son retrasados, mujer. ¿Entendés? Yo los quiero. Son casi mis amigos. Yo trabajo todos los días. Para ellos. Me necesitan. Cuando me muera no trabajaré más para ellos. Trabajaré para los muertos. En un hotel de muertos. Sin espejos. Un hotel de muertos sin espejos. Ya es la hora. Mi turno empieza a las seis."

Fuga de Ángeles, Abandonado 1 o Eco.

Un corifeo, Carlos Schulkin

"El dos de noviembre miren por sus ventanas. Verán ángeles. Bandadas de ángeles
huyendo hacia el oriente. Se van de fiesta. Se divierten. Abandonando a sus protegidos. Abandonándolos. Es su día de ocio. Su día libre. Su día. Escuchen esta elegía por un mundo huérfano. Y lloren conmigo."
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Fuga de Ángeles, Corifeo.

jueves, 13 de agosto de 2009

Síntesis de la obra

Vinculada a cierta vertiente del realismo mágico, esta obra parte de una hipótesis imaginativa, podríamos llamarla poética en la más profunda acepción del término (en tanto poiésis, es decir creación original) para llevar hasta las últimas consecuencias (consecuencias nefastas para cada uno de los personajes) este efecto disparador. Tal hipótesis es la siguiente: el dos de noviembre, que acaba de comenzar hace unas horas en el tiempo de la obra, los ángeles emprenden un viaje a Oriente para dejar sin protección por unas horas a los habitantes de una ciudad como tantas otras. Los diez personajes que componen la obra se reúnen azarosamente en un hotel, y sus historias comienzan a hacerse cada vez más siniestras a medida que avanza el tiempo, que parece haberse quedado atascado a las 6 de la mañana…

La atmósfera onírica se hace patente desde el inicio, y no por esto los personajes se hallan exentos de una profunda e inevitable carnalidad. Fantasía e instinto son las claves que definen la pieza, en una aparente, pero en el fondo inexistente, contradicción. Estos personajes, que cargan sobre sus hombros el peso atroz de una historia personal tan desviada como su carácter, llevan nombres vinculados a la mitología griega. No quisiera extenderme aquí sobre las razones de la actualización mítica en el mundo contemporáneo, baste recordar que todo mito se define por su representación de un comportamiento considerado universal, válido y aplicable a todos los lugares y a todos los tiempos (concepto asociado al de inconsciente colectivo de Karl Jung), un esquema de comportamiento profundamente humano, que clava sus raíces en la esencia más primitiva de los hombres. Porque nuestro teatro habla del hombre. No de historias, sino de los hombres que sufren esas historias. Hombres inocentes en contextos depravados, que conducen a la propia depravación del individuo. En estas bases se asienta “Fuga de ángeles”. Sus personajes: Eros, Tánatos, Hipnos, Narciso, Eco… Y junto a ellos una esposa, una mujer, un preso, una prostituta, un corifeo.

Cinco historias paralelas, aparentemente independientes en un principio, comienzan a entrelazarse hacia el final de la pieza. Un portero de hotel, homosexual e introvertido, y su esposa, verborrágica y demente; un policía, intelectual y desquiciado, y un preso; un padre primerizo, inseguro y desatento, y una prostituta con un pasado oscuro; un hombre con la mente de un niño huérfano, buscando a su madre muerta; un joven deportista, atlético, violento y avergonzado de su condición (castrado tras un accidente), y su novia, soñadora, amante, lunática, buscando en todas partes un hijo que no existe, pero que ella encontrará en cualquier lugar. Un caldo de cultivo para la explosión del desastre. Todas las cartas están jugadas al momento de comenzar la acción. Este dos de noviembre será el día en que todo cambie. En que los padecimientos tendrán fin, en el amor, en la vida y en la muerte. Porque, en definitiva, de eso hablan todas las historias.