viernes, 14 de agosto de 2009

Un portero de hotel, Mauricio Chiessa

"No tengo espejos en casa. O si los hay, no me miro en ellos. Dejé de mirarme en el espejo hace muchos años. (...) Los huéspedes no son retrasados, mujer. ¿Entendés? Yo los quiero. Son casi mis amigos. Yo trabajo todos los días. Para ellos. Me necesitan. Cuando me muera no trabajaré más para ellos. Trabajaré para los muertos. En un hotel de muertos. Sin espejos. Un hotel de muertos sin espejos. Ya es la hora. Mi turno empieza a las seis."

Fuga de Ángeles, Abandonado 1 o Eco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario