sábado, 15 de agosto de 2009

Un hombre huérfano, Germán Weinberg

"A veces siento campanitas en mi cabeza. Fue después del golpe. Empecé a sentirlas después, después del golpe. Las campanitas las toca mi mamá. Mi mamá me enseñó a comer fruta. La fruta es buena. Eso me decía mi mamá. Me gusta la fruta. Me gusta comer. De todo. No sólo fruta. Mi mamá me enseñó a comer carne. La carne me gusta. Un churrasco tiene la misma cantidad de hierro que una volqueta de espinacas. Aunque yo a veces pienso que nadie se comería una volqueta llena de espinacas. Son demasiadas espinacas para una sola persona. Una volqueta. Tampoco creo que nadie ponga tantas espinacas en una volqueta. Sobre todo si nadie se las va a comer. En la feria venden espinacas. Yo iba a la feria. No iba solo. Pero me gustaba ir. Hace tiempo que no voy a la feria. En la feria venden fruta. Venden fruta y a veces carne. Carne y pescado. El pescado que venden está muerto. Y no se puede comer así. Hay que ponerle sal y lechuga. Y otras cosas que mi mamá sabe hacer. El pescado vive en el agua. Yo nunca vi un pescado en una volqueta. Nadie pondría un pescado en una volqueta. Sobre todo si no se lo va a comer."

Fuga de Ángeles, Abandonado 4 o Hipnos.

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