
jueves, 27 de agosto de 2009
sábado, 22 de agosto de 2009
"Una bofetada al gusto del público", Vladimir Maiakovski (1912)
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Quien no olvida su primer amor no vivirá el último.
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¿Quién será tan crédulo para entregarle su ultimo amor a la perfumada lujuria de Balmont.? ¿Acaso encontrará allí un reflejo del valeroso animo del día de hoy?¿Quién será tan cobarde que no se atreverá a arrancar la coraza de papel del negro frac del guerrero Briùsov? ¿Encontrá allí acaso la aurora de una belleza desconocida?Lavaos la mano que han tocado la porquería de los libros escritos por intocables Leónidas Andreyevs.Todos esos Máximos Gorkis, Kuprins, Blocks, Sologubs, Remizov, Averchenckos, Chornys, Kuzmins, Bunins, etcétera, etcétera;sólo necesitan quintas a la orilla de un río. Así recompensas el destino a los sastres.¡ De la altura de los rascacielos miramos su pequeñez !...Exigimos que se respeten los siguientes derechos de los poetas:
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1. Ampliar el volumen de su vocabulario con palabras arbitrarias y derivadas.¿Quién será tan crédulo para entregarle su ultimo amor a la perfumada lujuria de Balmont.? ¿Acaso encontrará allí un reflejo del valeroso animo del día de hoy?¿Quién será tan cobarde que no se atreverá a arrancar la coraza de papel del negro frac del guerrero Briùsov? ¿Encontrá allí acaso la aurora de una belleza desconocida?Lavaos la mano que han tocado la porquería de los libros escritos por intocables Leónidas Andreyevs.Todos esos Máximos Gorkis, Kuprins, Blocks, Sologubs, Remizov, Averchenckos, Chornys, Kuzmins, Bunins, etcétera, etcétera;sólo necesitan quintas a la orilla de un río. Así recompensas el destino a los sastres.¡ De la altura de los rascacielos miramos su pequeñez !...Exigimos que se respeten los siguientes derechos de los poetas:
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2. Rechazar el odio invencible al idioma que existía antes de ellos.
3. Arrancar con horror de sus orgullosas frentes la corona de gloría de a centavo tejida de varas de abedul propias de los baños.
4. Tenerse de pie en la roca de la palabra “nosotros” en medio del mar de silbidos y ultrajes.
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Y si bien por ahora persisten en nuestro verso las sucias huellas de su sentido “común” y “buen gusto”, ya también, por primera vez, brilla en ellos el Relámpago de la Nueva Belleza Futura de la Palabra Autosuficiente.
D. Burliuk, Alexander Kruchenyj, V. Maiakovsky, Víctor Jlébnikov.
Moscú, diciembre de 1912.
Moscú, diciembre de 1912.
martes, 18 de agosto de 2009
A morir
Santiago.-
lunes, 17 de agosto de 2009
domingo, 16 de agosto de 2009
La intertextualidad
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Los orígenes del concepto de intertextualidad deben buscarse en la obra del filólogo ruso M. Bajtín (foto), quien durante el segundo tercio del siglo XX publicó una serie de trabajos sobre teoría de la literatura que en la Europa occidental no fueron conocidos hasta años después de su aparición. En ellos reflexiona sobre el carácter dialógico que tiene todo discurso; según defiende, todo emisor ha sido antes receptor de otros muchos textos, que tiene en su memoria en el momento de producir su texto, de modo que este último se basa en otros textos anteriores. Con ellos, establece un diálogo, por lo que en un discurso no se deja oír únicamente la voz del emisor, sino que convive una pluralidad de voces superpuestas que entablan un diálogo entre sí, de tal forma que los enunciados dependen unos de otros. Como ejemplos de esta dependencia mutua entre enunciados trae a colación fenómenos como la cita, el diálogo interior, la parodia o la ironía, que suponen que en el discurso aparezca una voz distinta de la del emisor. Esta teoría del discurso dialógico fue objeto de reflexión por parte de un círculo de pensadores franceses a principios de los años 70, que difundieron el concepto fuera de las fronteras de la Unión Soviética; entre ellos se cuenta J. Kristeva, una estudiosa búlgara afincada en París, que fue quien acuñó el término de intertextualidad en el año 1969.
Los orígenes del concepto de intertextualidad deben buscarse en la obra del filólogo ruso M. Bajtín (foto), quien durante el segundo tercio del siglo XX publicó una serie de trabajos sobre teoría de la literatura que en la Europa occidental no fueron conocidos hasta años después de su aparición. En ellos reflexiona sobre el carácter dialógico que tiene todo discurso; según defiende, todo emisor ha sido antes receptor de otros muchos textos, que tiene en su memoria en el momento de producir su texto, de modo que este último se basa en otros textos anteriores. Con ellos, establece un diálogo, por lo que en un discurso no se deja oír únicamente la voz del emisor, sino que convive una pluralidad de voces superpuestas que entablan un diálogo entre sí, de tal forma que los enunciados dependen unos de otros. Como ejemplos de esta dependencia mutua entre enunciados trae a colación fenómenos como la cita, el diálogo interior, la parodia o la ironía, que suponen que en el discurso aparezca una voz distinta de la del emisor. Esta teoría del discurso dialógico fue objeto de reflexión por parte de un círculo de pensadores franceses a principios de los años 70, que difundieron el concepto fuera de las fronteras de la Unión Soviética; entre ellos se cuenta J. Kristeva, una estudiosa búlgara afincada en París, que fue quien acuñó el término de intertextualidad en el año 1969.
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Desde que se difundió, el concepto ha tenido una gran influencia en los estudios tanto de teoría de la literatura como de análisis del discurso, pues permite comprender el modo en que los textos influyen unos en otros. En este sentido, debe remarcarse que la intertextualidad no tiene que ver únicamente con la cita más o menos explícita o encubierta de un texto dentro de otro, pues la relación intertextual informa el texto en su conjunto. En efecto, todo texto se produce en el seno de una cultura que cuenta con una larga tradición de textos, que poseen unas características determinadas en cuanto a su estructura, su temática, su estilo, su registro, etc. Este conocimiento textual compartido forma parte del acervo común de la comunidad lingüística, y por ello se activa cuando un emisor produce un texto, así como también cuando su receptor lo interpreta. Por ejemplo, ante la fórmula [Érase una vez], cualquier hispanohablante identifica que el género discursivo, al que pertenece al texto que va a oír es el cuento infantil, y el conjunto de cuentos infantiles que conoce funciona a modo de contexto que le proporciona información sobre las características que tendrá este nuevo cuento. Del mismo modo, todos los hablantes de nuestra cultura tienen expectativas sobre cómo será el discurso del presentador de un noticiario, la retransmisión radiofónica de un partido de fútbol, una carta comercial o el discurso de un profesor en el aula.
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Desde el punto de vista del aprendizaje de segundas lenguas, el factor más importante que debe tenerse en cuenta es que la intertextualidad puede incidir en la comprensión de un texto, bien constituyendo un obstáculo, bien un apoyo. Por un lado, el conocimiento intertextual es en gran medida cultural, puesto que forma parte del conocimiento del mundo compartido por una comunidad lingüística; por ello, es posible que no sea compartido en su totalidad por miembros de otras comunidades lingüísticas en las cuales las referencias intertexuales varíen, por lo que las referencias a textos propios de la cultura de la segunda lengua no sean comprendidas por los aprendientes. Por otro, la tradición literaria tiene muchos temas, ideas y estructuras compartidas por todas las culturas, de modo que cuando éstos se reflejan en un texto concreto producido en otra lengua pueden servir de ayuda para su comprensión y compensar la falta de conocimientos lingüísticos del receptor.
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Centro Virtual Cervantes © Instituto Cervantes, 1997-2009.
sábado, 15 de agosto de 2009
Una mujer, Susana Souto.
Fuga de Ángeles, Mujer.
Un deportista misógino, Luis Musetti.

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Fuga de Ángeles, Abandonado 5 o Narciso.
Un hombre huérfano, Germán Weinberg
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Fuga de Ángeles, Abandonado 4 o Hipnos.
Un policía desquiciado, Bruno Pereyra.

Fuga de Ángeles, Abandonado 3 o Tánatos.
Un preso, Rodrigo Peluffo.

Fuga de Ángeles, preso.
Un padre primerizo, Manuel Caraballo
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Fuga de Ángeles, Abandonado 2 o Eros.
Una prostituta, Analía Torres.
viernes, 14 de agosto de 2009
Una esposa, Valeria Fontán.

Fuga de Ángeles, Esposa.
Un portero de hotel, Mauricio Chiessa
Fuga de Ángeles, Abandonado 1 o Eco.
Un corifeo, Carlos Schulkin
"El dos de noviembre miren por sus ventanas. Verán ángeles. Bandadas de ángeles huyendo hacia el oriente. Se van de fiesta. Se divierten. Abandonando a sus protegidos. Abandonándolos. Es su día de ocio. Su día libre. Su día. Escuchen esta elegía por un mundo huérfano. Y lloren conmigo."
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Fuga de Ángeles, Corifeo.
jueves, 13 de agosto de 2009
Síntesis de la obra
La atmósfera onírica se hace patente desde el inicio, y no por esto los personajes se hallan exentos de una profunda e inevitable carnalidad. Fantasía e instinto son las claves que definen la pieza, en una aparente, pero en el fondo inexistente, contradicción. Estos personajes, que cargan sobre sus hombros el peso atroz de una historia personal tan desviada como su carácter, llevan nombres vinculados a la mitología griega. No quisiera extenderme aquí sobre las razones de la actualización mítica en el mundo contemporáneo, baste recordar que todo mito se define por su representación de un comportamiento considerado universal, válido y aplicable a todos los lugares y a todos los tiempos (concepto asociado al de inconsciente colectivo de Karl Jung), un esquema de comportamiento profundamente humano, que clava sus raíces en la esencia más primitiva de los hombres. Porque nuestro teatro habla del hombre. No de historias, sino de los hombres que sufren esas historias. Hombres inocentes en contextos depravados, que conducen a la propia depravación del individuo. En estas bases se asienta “Fuga de ángeles”. Sus personajes: Eros, Tánatos, Hipnos, Narciso, Eco… Y junto a ellos una esposa, una mujer, un preso, una prostituta, un corifeo.
Cinco historias paralelas, aparentemente independientes en un principio, comienzan a entrelazarse hacia el final de la pieza. Un portero de hotel, homosexual e introvertido, y su esposa, verborrágica y demente; un policía, intelectual y desquiciado, y un preso; un padre primerizo, inseguro y desatento, y una prostituta con un pasado oscuro; un hombre con la mente de un niño huérfano, buscando a su madre muerta; un joven deportista, atlético, violento y avergonzado de su condición (castrado tras un accidente), y su novia, soñadora, amante, lunática, buscando en todas partes un hijo que no existe, pero que ella encontrará en cualquier lugar. Un caldo de cultivo para la explosión del desastre. Todas las cartas están jugadas al momento de comenzar la acción. Este dos de noviembre será el día en que todo cambie. En que los padecimientos tendrán fin, en el amor, en la vida y en la muerte. Porque, en definitiva, de eso hablan todas las historias.
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